Lograr que un texto tenga cohesión y que las ideas se vean fluidas, es fundamental para que el mensaje llegue al público. Y para ello hay varias herramientas gramaticales. Pensando en esto, hoy hablaremos sobre los conectores para redacción que existen y cómo de útiles pueden ser para tus contenidos escritos.
Por supuesto, primero definiremos qué son los conectores y cuál es su importancia para los textos. Después, veremos cómo y cuándo se usan y los tipos que existen. Además, te dejaremos algunos ejemplos para que veas en textos reales cómo se usan.
¿Qué son los conectores?
Los conectores de texto son palabras o expresiones que se usan para unir las ideas, ordenarlas y darles continuidad. Para el redactor, los conectores son ayudas para estructurar el contenido a fin de que al lector se le haga más sencillo entender la información.
Desde luego, los conectores no solo unen las ideas principales, también relacionan frases, oraciones, locuciones y/o enunciados. En otras palabras, los conectores permiten que el texto sea unido y coherente. Esto es así incluso cuando se usan para separar ideas; como al hacer enumeraciones y en los puntos y aparte.
Los conectores son importantes según la tipología o categoría a la que pertenezcan –hablaremos de ello en breve-. Con todo, de manera general, podríamos decir que su trabajo es el de dar continuidad al texto completo, pasar de una idea a la siguiente y que el lector lo sienta natural y no forzado.
¿Cuándo y cómo se usan los conectores para redacción?
El momento y lugar de uso de los conectores varía según su propósito, sin embargo, existe un conjunto de situaciones que son más frecuentes y que, por lo tanto, provocan el uso limitado. Nos referimos a:
- Indicar motivos.
- Señalar lo siguiente o consecutivo.
- Establecer un contraste u oposición.
- Propiciar relación de continuidad.
- Sustentar algo de manera técnica.
- Realizar enumeraciones.
- Hacer sucesión de ideas.
No obstante, la ubicación predilecta de los conectores es al inicio del párrafo o de la oración, ya que, en la mayoría de los casos, esto marca el comienzo de una idea bien sea principal o complementaria. Hacerlo así ayuda al escritor a introducir el argumento.
Además, prepara al lector para lo que viene al anticipar que la información siguiente es una aseveración, pregunta, razonamiento, extensión, etc. Es decir, que facilita la comprensión de las ideas porque predispone el pensamiento hacia el planteamiento que sigue.
Tipos de conectores para redacción que existen
A pesar de que algunos lingüistas agregan ciertas categorías en función de otros criterios, la tipología de conectores para redacción más aceptada es la siguiente:
Conectores de adición
Estos son los que se usan para agregar nueva información a la que ya se ha expuesto, lo que incluye hechos o datos. Incluso, se pueden usar para reiterar lo que ya se ha dicho o expuesto.
Entre este tipo están:
- Así también
- Además
- También
- Como ya he dicho
- Al fin
- Como ya he mencionado.
Conectores de oposición
Los conectores de oposición son los que se emplean para hacer contrastes entre la idea que se acaba de plantear y la que le sigue. Sirven para matizar conceptos y hasta refutar lo que se ha dicho, quizás con la intención de presentar algo mejor.
Algunos de estos son
- Pero
- A pesar de
- No obstante
- Por otra parte
- Sin embargo
- En cambio
- Aunque.
Conectores causativos
Indican el resultado de la idea que se expone o lo que esta implica al plantearse, tanto por inercia como por lógica. Son ideales para dar continuidad a la información, por lo que se parecen a los conectores de adición.
Por ejemplo:
- Por consiguiente
- De acuerdo a esto
- Por lo tanto
- Se infiere que
- Por ende
- Ya que
- Entonces
- Según.
Conectores temporales
Los conectores temporales o de tiempo sirven para indicar el momento en el que se llevan a cabo los hechos o argumentos de la idea. Casi siempre se encuentran en las narraciones de historias, como en los cuentos y novelas.
Aquí algunos de ellos:
- Después
- Antes
- Anteriormente
- A menudo
- Mientras
- Simultáneamente
- En seguida
- Ahora
- Entre tanto.
Conectores de ejemplificación
Dentro de casi cualquier texto argumentativo se usan expresiones que conectan las ideas con otras que sirven para simplificar el entendimiento, es decir, los ejemplos.
Aquí encontramos:
- Por ejemplo
- Es decir
- Tal como
- Sirva de ejemplo
- Esto es
- O lo que es lo mismo
- Como
- Así como
- En otros términos.
Conectores de énfasis
El énfasis en la argumentación es importante para recalcar ideas clave y que estas se distingan de las complementarias. Los conectores de énfasis también se utilizan para ratificar la importancia de la idea que se expondrá a continuación.
Entre estos tenemos
- Lo que es más
- Como si fuera poco
- Es decir
- Repetimos
- En otras palabras
Además - Sobre todo
- Lo más importante
- Para recalcar.
Conectores de equivalencia
Los conectores de equivalencia sirven para complementar ideas agregando datos más técnicos sobre el tema. El objetivo es argumentar de forma profunda para los usuarios más entendidos.
Estos son un grupo más reducido, y de hecho solo son conectores de otros tipos que cambian cuando se ajustan a este contexto:
- En otras palabras
- En suma
En otros términos - O sea
- Vale decir
- Esto implica.
Otros tipos de conectores
Antes te mencionamos que algunos lingüistas agregan algunas otras categorías para separar los conectores. Aquí van las más destacadas:
- Conectores condicionales: establecen una condición o petición en la argumentación. Por ejemplo: si, con tal que, a no ser que, a menos que y siempre y cuando.
- Conectores de conclusión: como es lógico, sirven para indicar la finalización de la idea y hasta del texto. Por ejemplo: en conclusión, para terminar, ya para concluir, a fin de que, para que, en resumen.
- Conectores para detallar: dan paso a una idea adicional. Por ejemplo: particularmente, en particular, específicamente, en el caso de, etc.
- Conectores de orden: indican la relevancia u orden en el texto. Por ejemplo: en primer lugar, en segundo lugar, para empezar, finalmente y luego.