¿Sabes cuánto vale tu hora de trabajo?

Una de las grandes interrogantes de quienes deciden dar los primeros pasos en el mundo digital como freelance o autónomo, es definir el precio de sus servicios. Si bien es cierto que en ese precio influyen múltiples factores, es importante conocer algunos detalles clave que te ayudarán a establecer, de forma realista, el valor de tus servicios.



Entendiendo el mercado freelance 

El primer paso es entender que ser freelance es una modalidad de trabajo independiente, donde no se requiere ir a un lugar en específico para realizar tus actividades y se centra, por lo general, en el préstamo de tus servicios a terceros a cambio de una compensación.

Una de las características principales de ser freelance es que se trabaja por proyectos, es decir, por acciones puntuales en el tiempo. Estas actividades pueden ir desde crear contenido para una página web, administración y manejo de redes sociales, auditorías SEO, diseños de logos y un sinfín de acciones que se encuentran dentro del mundo del marketing y publicidad digital.
La gran ventaja, y reto a la vez, de ser freelance es que serás el dueño absoluto de tu tiempo y decisiones de proyectos, es decir, eres quien fija el camino a seguir y cómo llegar al producto final.




No podemos cerrar el tema de ser freelance sin hacer la distinción de un par de temas importantes: ser autónomo y el teletrabajo o trabajo remoto.

Registrarse como autónomo es un requerimiento en algunos países como España, donde se deben cancelar impuestos especiales para prestar tus servicios.

Cuando hablamos de teletrabajo o trabajo remoto, quiere decir que te encuentras contratado por una empresa y que debes realizar determinadas tareas en un horario preestablecido.

Valor de tus servicios en el mercado

Este es uno de los puntos más álgidos en los debates de freelance y prestadores de servicios autónomos justo porque se parte de dos puntos: el valor del servicio prestado en determinado lugar del mundo y sus respectivas variaciones más la tendencia a bajar el valor del servicio para mantener un cliente o cerrar una negociación.
Veamos esto con un ejemplo:
Tienes conocimiento en auditoría SEO y decidiste lanzarte al mundo freelance. Ya tienes tus primeros prospectos y lo que quieres es cerrar el trato con uno de ellos que vive en Argentina. ¿Qué es lo primero que haces?

Consultar el valor de tus servicios en el país del cliente y quizás, empezar, cobrando el 50% menos.

Sería así: El promedio del precio de una consultoría SEO en Argentina es de 200$ y decides cobrar la mitad, es decir, 100$. Ya de allí en adelante hay que esperar la respuesta del cliente.

Hasta ahora todo bien ¿no? Pues hay una posibilidad de que la persona del ejemplo concrete su primer cliente y sienta que todo es una maravilla, pero ha dejado de lado un factor importante: Está ofreciendo un servicio completo por la mitad del precio y, posiblemente, no ha dimensionado todas las actividades que debe realizar para cumplir con los objetivos del proyecto.
¿Qué resulta de ello? Se pueden presentar muchos escenarios pero vamos a centrarnos en dos: el freelance realiza todo el trabajo y se siente, a mediano o largo plazo, que ha regalado su tiempo y trabajo, o que el trabajo entregado sea de baja calidad y el cliente desestime el servicio recibido, lo que podría cerrarle las puertas con otros proyectos o, en caso de trabajar en una plataforma de terceros como Workana, Freelancer, Fiver o Upwork, reciba una calificación negativa y no pueda recibir el pago de sus honorarios.
Moraleja: es mejor crear un tabulador personal de nuestros servicios, tomando como referencia el mercado mundial, pero con plena conciencia de lo que vale nuestro trabajo. 

Capacitación y experiencia

Cuando eres un prestador de servicio, uno de los factores que te permitirán destacarte del resto es la calidad de atención al cliente, resultado de la interacción constante de dos factores: capacitación y experiencia.

Con capacitación hablamos de todos los cursos, tutoriales, diplomados, webinars, lives, blogging y demás fuentes de conocimiento que puedan servirte para seguir de cerca el funcionamiento de las diversas herramientas del marketing digital.

En experiencia encontramos todas las oportunidades que se hayan presentado en la vida de un profesional para poner en práctica sus conocimientos y que, con aciertos y desaciertos, va formando un pensamiento crítico y analítico que le permite asumir proyectos y responsabilidades cada vez más grandes.
Y eso no es todo, la experiencia también permite reducir los tiempos de acción al momento de ejecutar un proyecto.





Ejemplo: La edición de un video tendrá un resultado y una duración muy distinta cuando la realiza una persona que se está iniciando a otra que ya tiene 5 o más años de experiencia. Y este ejemplo se puede aplicar a cualquier área.

Un benchmark o análisis de la competencia directa de una marca puede tomar un par de semanas o solo unos segundos, todo de acuerdo con la cantidad de recursos y herramientas con los que cuente el freelance, quien pudiera seguir la vía tradicional revisando cuenta por cuenta y tomando nota de sus conclusiones o usando Analyser Pro, una de las herramientas de análisis de perfiles sociales, gracias a la cual en menos de un minuto tendrá toda la data disponible y lista para hacer comparaciones.

En ambos casos faltaría la fase de análisis de la data recolectada y allí será la experiencia quien saldrá ganando.

Finanzas para dummies 

Ya tenemos claro que ser freelance implica no tener jefes ¿Cierto? pues eso no es lo único que no se tiene. Tampoco tendrás seguro laboral, pago por vacaciones, reposos médicos o bonos para fin de año, lo que marca una nueva actividad en tu vida: manejo de finanzas.

Pero no hay nada que temer, si aprendes a planificarte puedes llegar a fin de mes y no estar corriendo para pagar tus deudas.

Empecemos definiendo 3 conceptos básicos y necesarios: ingresos, costos y gastos.
Ingresos: todas las entradas de dinero, es decir, el monto que cancela cada cliente o cada proyecto en que estés trabajando.
Costos: cualquier servicio de tercerización, aplicaciones, herramientas o insumos necesarios para realizar el proyecto, comisiones al momento de recibir el pago.
Gastos: alquiler de la oficina o lugar de trabajo, publicidad, impuestos, servicios básicos desde la electricidad hasta la renta del móvil y la alimentación.

Una vez se hayan sumado todos los ítems de cada rubro, hay que aplicar esta fórmula:

Ingresos – Costos – Gastos = Resultado 

Si el resultado es positivo se llamaría Ganancia y quiere decir que se está realizando una buena gestión, pero si es negativo entonces estás generando Pérdidas, lo que se traduce en deudas y la posibilidad de que en algunos meses ya no puedas seguir con ese ritmo.





Ahora, ya definidos tus ingresos mensuales, los cuales pueden cambiar a lo largo del año, debes destinar un porcentaje de esas ganancias para otras 3 acciones muy puntuales: mantenimiento de tus equipos, vacaciones e inversión en actualizar tus conocimientos.

Por ejemplo, para la revisión y mantenimiento destinas un 25% de tus ganancias, para las vacaciones otro 25% y para estudio un 30%. El dinero restante lo puedes emplear en ahorro o en comprarte algún regalo. Un poquito de amor propio nunca sobra.
Expresado en números, si tus ingresos son de 1,000$, inviertes 150$ en costos y 300$ en gastos, tu ganancia serían 550$.

Ahora queda otra pregunta, ¿Cuántas horas de trabajo necesitas para generarlos?

Si trabajas 8 horas al día, 5 días a la semana, serían 40 horas semanales y 160 horas al mes. Con el ejemplo anterior, si dividimos 1,000$ entre 160 horas, el valor de tu hora serían 6,25$.

Si quieres y puedes hacerlo, invertir menos horas y obtener los mismos resultados, entonces puedes aumentar el monto de tu hora, pero ya allí dependerá de tu experiencia.

Propuesta de valor

Desde un enfoque empresarial, la propuesta de valor es una estrategia para maximizar la demanda de un producto o servicio mediante la configuración de la oferta, en otras palabras, la propuesta de valor es lo que te permite diferenciarte del resto y poder captar la mayor cantidad de clientes posibles.
Para definir tu propuesta de valor debes tener claro de qué forma resuelves la necesidad o el problema que está presentando tu cliente, los beneficios que recibirá a cambio de tus servicios y por qué debe elegirte a ti y no a tus competidores.
Una buena técnica es poner en práctica la escucha activa y conocer al mercado en el que deseas desenvolverte.. Una vez que conozcas las dudas, puedes crear diversos argumentos para responder a esas dudas y así crear relaciones de valor con tu cliente que, a su vez, serán las que el cliente creará con su audiencia.
Otra opción es recopilar las dudas del mercado y desarrollar alguna propuesta para ellos. Por ejemplo, llevas un blog sobre marketing digital y muchas personas preguntan por la mejor hora para publicar. Puedes tomar el tema y desarrollar un contenido de valor que responda a esa interrogante, lo que te ayudará a marcar la diferencia con tus competidores y los clientes.

Pero ¿Cómo defiendo el valor de mi trabajo?

El primer paso es tener conciencia plena de tus conocimientos y elegir 2 o 3 áreas como máximo en las que te sientas más cómodo trabajando y que realmente te apasionan, así profundizarás en ellas y te convertirás, a tu ritmo, en un especialista..

El segundo paso es ser firme en el precio de tus servicios, pero flexible con el presupuesto del cliente. Puede que suene contradictorio, pero si ya has establecido el valor de tu hora o el de cada servicio que prestas, puedes adaptarte con el monto que puede invertir tu cliente.

Ejemplo: Si tu valor por hora es de 10$ y el proyecto necesita 20 horas mensuales para realizar las acciones necesarias, el precio llegaría a los 200$. Pero el cliente responde que solo dispone de 100$ para ello.

Con este cambio de panorama, tendrías que evaluar si la mitad del trabajo, que corresponde a 10 horas de tu trabajo, podrías contribuir al crecimiento de su negocio, quizás a un ritmo más lento, pero igual encaminado hacia una meta.

Hasta aquí esta mega guía, revisa todos los puntos, tómate tu tiempo y establece el precio de tu hora de servicio. Después justifícalo y defiéndelo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *